Un relato...
Volando, corriendo, libre como el aire que me roza el cabello. Riendo, feliz como un pajarito de los que vuelan por mi cabeza. Pienso en Tom, el único chico en el que confío, en el que creo, en el que solo puedo pensar... Miro al soleado cielo de primavera y con los brazos extendidos giro y giro como en esas películas de amor y felicidad y caigo sobre la floreada hierba, sonriente. Que bonito día. que precioso momento vivo... Prometo que mañana le confesare mi enamoramiento infundado, pienso en como hacerlo y no se me ocurre mejor forma que a través de una quedada con una carta anónima que dejare en su taquilla.
A la mañana siguiente me despierto nerviosa por el gran acontecimiento, voy tan centrada en mis tareas que casi me caigo por las escaleras de casa... ¡Jude, qué torpe eres! Pero no puedo evitar escuchar el canto de las voces de mi cabeza: Tom, Tom, Tom... Voy andando al instituto automatizando lo que haré, será fácil ya que Tom es mi mejor amigo y sé bien cómo distraerle.
- ¡Hola Tom! - y lo abrazo como rutina desde hace ya unos años.
- ¡Jude! ¿Qué tal el fin de semana? ¿Te fuiste de fiesta?
- Bien aunque un poco pensativa por el chico ese que te comenté... Y que va, tenía que estudiar química, hoy tengo examen.
- Vaya... ese chico desde luego no te merece rubita. ¡Pues mucha suerte! Nos vemos en el recreo, un beso guapetona.
Me quedo pensando en las palabras que me dice hasta que el ruido de la sirena del colegio me saca de mi ensoñación. Bien, veamos... ahora Filosofía, será una hora muy de reflexionar... Oigo mi nombre de dentro de la clase, es Azu, una buena amiga.
- Hey Azu, ¿Qué tal lo llevas con Martín? - mi pobre amiga sale con un chico que no le conviene, la coge y la deja como le apetece... que duro es a veces el amor...
- Pues chica, como siempre, es que veo sus cosas buenas y sus cosas malas y no quiero dejarlo para siempre...
- Es lo que deberías hacer, que luego se sufre tontamente...
- ¡Hablo! La que lleva sufriendo por Tom ¿Cuántos? a sí, dos añazos...
- Mi caso es especial, Tom aún no lo sabe, pero hoy es el día; le he dejado mientras no miraba una nota anónima para explicárselo todo en el primer recreo.
- Vaya, eso si que no lo esperaba...
Las horas de Filosofía y Literatura trascurren lentamente... Y suena la sirena que atormentaba mis emociones desbocadas.
- Jude ¿podemos hablar un momento?
- Sí claro profesor, ¿Hay algún problema?
- Pues ahora que lo dices... quiero que me hagas un favor... Conoces a Tom ¿verdad?
- Sí, claro, ¿hay algún problema con él? - digo nerviosa
- No, no, sólo es por si podrías ser su tutora de apoyo en matemáticas - me da un vuelco al corazón- ya que no va muy centrado últimamente en este asunto.
- Por supuesto, es un buen amigo mío, no dudaré en ayudarle - si él quiere después del encuentro con e... ¡El encuentro!- perdone me tengo que ir, ya concretaré con él.
-De acuerdo, gracias Jude.
Corro por los pasillos como una loca y lo veo en el árbol dónde ponía en la nota.
-Bua... estoy fatal.-dice interrumpiéndome- me han gastado una broma terrible... mira la nota que han dejado en mi taquilla.
-¿Seguro que es una broma?
-Si porque la chica no ha aparecido...
-O si y no la has visto...
-No porque... aquí solo estamos tú y yo... Espera tú... ¿No... No... No serás tú?
-De eso quería hablarte...
-¿Cómo has podido? ¿Cómo has podido inventarte lo de la nota?
-Claro que si Jude... no me lo puedo creer.
-¡Tom basta! ¡Fui yo la de la nota! ¡Pero porque llevo enamorada de ti dos años!-digo del tirón.