Cuando se abrió la puerta del
ascensor ese día, ¡No, se me había olvidado el móvil! Volví a casa y en la
entrada me encontré a Marcus, mi novio, hablando por teléfono, me escondí
detrás de la puerta y… Sí, tengo lo que necesitaba, cuando termine la operación
cortare con ella con alguna de esas escusas baratas y nadie sospechará nada-
dijo. Me quede apabilada, anonadada, muerta en ese mismo instante, mi vida se
acababa de reducir a cenizas y solo tenía ganas de morirme y llorar hasta que
el sol se extinguiera… pero ahora, tres años después como ave fénix que soy
resurgí de mis cenizas.
Julie Sharks

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