jueves, 31 de diciembre de 2020

UN AÑO...

Hoy se acaba un año que será catalogado como uno de los peores. Un año en el que la desgracia arrebató las riendas a la libertad. Un año lleno de oportunidades que se quedaron en el aire, nebulizadas, como el virus. Un año en el que discernir entre pesadilla y realidad fue un imposible. 

Personalmente no he perdido a nadie de los que considero "míos"; pero muchas de esas habitaciones de ese lejano hospital han quedado vacías. Esa oquedad inherente a una "selección natural" forzada no nos deja impertérritos. Ojalá lo hiciera, pues así, nuestro corazón permanecería invicto. 

Sin embargo, entre toda esa inmunda oscuridad, entre todas esas batallas, siempre se vislumbran pequeños rayos de luz, pequeñas flores silvestres en los resquicios de un bosque quemado. 

Recordemos que este año también se ha tintado de fugaces momentos que nos alimentan el alma. Una palabra dulce de un amigo, una mirada cómplice que calienta el corazón, las llamadas de apoyo, las lágrimas que acompañan a esa risa de la que tanto te avergüenzas, ese momento en el que se paró el tiempo... Seamos agradecidos de no ser los que han caído en batalla y disfrutemos, aunque sea de las migajas, de la vida porque, como dijo Marco Aurelio: "Tú tienes el poder sobre tu mente, no sobre los acontecimientos" 

Y dicho esto... ¡Feliz año nuevo! Os deseo que seáis felices.




Julie Sharks

lunes, 8 de junio de 2020

POESÍA: MALDITA SUERTE LA MÍA

Maldita suerte la mía, 
que enmudecí al encontrarte;
maldita suerte la mía, 
porque mi voz acallaste. 

Maldita suerte la mía, 
que no es suerte si lo elijo;
maldita suerte la mía, 
por querer como él lo hizo.

Maldita suerte la mía, 
por velar por tus deseos;
maldita suerte la mía,
porque me perdí en ellos. 

Maldita suerte la mía,
porque sé como me siento;
maldita suerte la mía, 
porque sin mí no me encuentro.  

Maldita suerte la mía, 
que silencio solo clamo;
maldita suerte la mía, 
que susurro, que no hablo.

Maldita suerte la mía, 
que la oscuridad me acecha;
maldita suerte la mía, 
que fugacidad la nuestra. 

Maldita suerte la mía, 
por perder las mil batallas;
maldita suerte la mía, 
por ganar las otras tantas. 

Maldita suerte la mía, 
que destroza el infinito;
maldita suerte la mía, 
que me arroja al abismo. 


Julie Sharks

domingo, 31 de mayo de 2020

NADA, TODO

Cuando sólo queda la nada,
la nada entra en mi interior.
Cuando mi interior de negro yace,
lo hace también mi exterior. 

Cuando el mundo queda fuera
de mi burbuja, de mi amor;
Son los ojos los que imploran, 
a este nuevo ser mayor. 

Pensaba en la vida,
como un loco en sus locuras.
Pensaba que eran ciertas, 
pero lo eran sólo a medias. 

Mis gafas estaban rotas,
y tras las esquirlas miraba;
¿era posible el engaño? 
¿era posible la patraña?
¿era posible qué esta vida,
no fuera como imaginaba?

Imaginaba yo esta vida, 
en un color rosa princesa,
mas yo no era una de esas, 
no vivía en mi inocencia.  

Aunque no tenía inocencia,
tocaron retortijones,
de las esquirlas clavadas,
de todos los previos golpes.

Estaba sola y perdida,
no buscaba ni luchaba,
es decir, ya ni vivía, 
la verdad me atormentaba.

Mi alma se deprimía 
y mi cuerpo aumentaba,
cada minuto eran horas
de vida que me quitaban.

Cuando entraba por mi boca, 
ya se estaba acumulando,
era un kilo de basura, 
que lo estaba masticando. 

La sensación me envolvía, 
la dicha ya era mía, 
pero era solo un oasis, 
el espejo lo veía,
lo decía, no mentía,
la verdad no se escondía.

Hasta que llegó el mundo,
y su terremoto hizo
que las gafas se cayeran,
y fui por tres días ciega.

Me agaché a por mis ideas, 
pero me corté con ellas.
Porque sólo eran pedazos
de una infancia dura y "bella".

La ansiedad, la ponzoña
corría por mis venas,
por una búsqueda de gafas
que fueran como las viejas.

No tenía ideas propias, 
decía lo de las otras,
así caí en lo que caí,
en un reflejo me perdí. 

En ese limbo de ceguera, 
me di cuenta, 
no tenía ideas en mi mente, 
pero sí en mi libreta.

Me equivocaba buscando gafas,
porque no sigo a las masas,
no necesito prejuicios,
para elaborar mis juicios.

Poco a poco abrí los ojos, 
vi unas cenizas a mi lado.
Eran los resquicios de una vida,
y yo salí volando. 

Cuando sólo queda todo, 
todo entra en mi interior.
Cuando mi nuevo yo resurge,
al otro le espera el adiós.



Julie Sharks

jueves, 16 de enero de 2020

SILENCIO

Pesadez en los párpados, 
ruido constante interno, 
sueños acalorados, y
silencio frío y eterno.

Las horas son relativas, 
el respirar no es extenso,
los segundos parecen días, 
cuando uno roza el invierno.

La temperatura cae, 
cae con aplomo mi peso, 
sobre la cama tendida y,
escucho un sollozo de lejos. 

El Sol está ya al oeste, 
veo rojo, cruel tono infierno, 
es la hora, aunque cueste, 
vuelvo al seno materno. 





Julie Sharks

martes, 14 de enero de 2020

POESÍA: VIEJA AMIGA

La desazón me comprime,
mi vasta médula ósea.
La traición implícita,
a una mente tan hermosa.

Y las preguntas rondan,
y el corazón me arde,
y veo su decepción,
¿cómo he sido tan cobarde?

Mas qué podría decir,
si mi cuerpo no palpita,
sin el suyo, este devenir,
sólo a una cosa invita.

Abierta me hallo en canal,
tras el acto más infame,
doy la estocada final,
a un amor que todavía arde.

Mas pensando se halla,
yo expectante a su respuesta,
asumo la vasta errata,
que ya ha quedado expuesta.

La traición es perdonada,
pero estamos en empate,
en las terribles desgracias,
que nos dejaron en jaque.

Resultado de imagen de ansiedad


Julie Sharks

miércoles, 1 de enero de 2020

POESÍA: AMORE

Esa sensación que te hace percibir el mundo más bello de lo que es en realidad.
Esa en la que te tiemblan las piernas y sientes unas náuseas incoercibles.
Esa en la que se te nubla la mente y la enajenación mental es un hecho.
Esa en la que puedes sentir que rozas la felicidad irreprimible.
Esa en la que una mirada implica todo un discurso.
Esa en la que un discurso se podría resumir en una palabra. 
Esa en la que un segundo parece eterno, y meses parecen segundos.
Esa en la que al corazón paraliza, y lo hace galopar al son.   
Esa que desborda cuando aparece un días buenos, un koala o escucho un eco.
Todo ello que me hace sentir ese AMORE. 

 


Julie Sharks