Con 21 años logré muchas cosas. Ha sido un año de cambios en el que conseguí salir al mundo laboral, conseguí mi primer sueldo, mis primeros pacientes, mi primer y segundo tatuaje a la vez; conseguí vivir mi graduación con grandes amigos que se han convertido en compañeros de vida. Perdí amigos pero gané hermanos. Viajé, bailé ante más de 500 personas.
Viví con mi perro paseos interminables y paseos demasiado cortos, además de tantos mimos que me es imposible el contarlos, ¿pero qué más daría esa cifra?
Aprendí sobre mundos que nunca imaginé que aprendería, pero que estoy más que encantada de haber rozado ligeramente con mi ingenuidad.
Reí y lloré como nadie y como todos. Sentí que las cosas no tenían sentido y que todo era absurdo, pero también cómo el corazón se me paraba al ver a mi gente "domesticada" partir.
Ha sido un año intenso, en el que he intentado crecer como persona (no tanto a lo ancho), en el que he intentado aprender a valorar quién ha estado y quién está, porque nunca sabrás cuándo dices adiós definitivamente. He aprendido que no es más importante quién comparte sólo risas y sólo lloros, o comparte ambos; sino quién comparte la intensidad de la vida.
La he cagado un millón de veces, y la volveré a cagar un millón más. He aprendido que la vida son momentos fugaces tanto felices como tristes, pero que todo pasa, que hasta el momento más precioso que se quedó grabado a fuego en tu corazón pasó y que el peor de tus tormentos también. He superado traumas y he creado otros que espero también superar.
He currado muchísimo y espero currar aún más, por mí, por mi futuro y por los que me rodean. He procrastinado no sé si más de lo que debería, pero ese tiempo no volverá, y no estoy triste por ello. He sudado la gota gorda trabajando por mis sueños, he luchado física y mentalmente por cosas que valían y no valían la pena, pero que si no hubiera luchado por ellas no habría sabido valorarlas.
He leído libros interminables y libros que desee que fueran eternos, y he dejado de leer una inmensidad más. He creado listas para un futuro que no sé si tendré y he dejado de crear otras que tendría que haber creado.
No sé si los 22 serán igual de intensos que los 21, pero simplemente espero seguir viviendo con la misma intensidad, quiero seguir aprendiendo, quiero seguir formándome para ser mejor enfermera, quiero seguir siendo cada día mejor persona con la gente que me rodea de verdad, quiero aprender a hablar un poquito menos y a escuchar mucho más, quiero aprender a llorar sin juzgarme por ello, quiero poder decir que he sido y soy feliz; y quiero que el año que viene el discurso que escriba sea un poco mejor que este o al menos más sabio.
Quiero poder decir que he sentido lo esencial que es invisible a los ojos.
Julie Sharks
No hay comentarios:
Publicar un comentario