domingo, 31 de enero de 2016

POR TÍ, YAYO PARTE II

"Yayo, tú siempre ibas escribiendo cosas por casa, notas o cartas de vez en cuando. Una me llamó muchísimo la atención: "Quiero vivir" siempre he intentado seguir tus pasos en la vida y tú me has llevado de la mano hasta ahora. Siempre te preguntaba que qué te parecía este poema, o esta canción o este relato, o esta carta. Tú siempre me sacabas algún que otro apunte, pero te parecían bien. Me encantaba que fueras tan sincero, pero que hicieras las cosas con tacto para no herirme si alguna estaba mal. Nos enseñabas a vivir con tu experiencia y sin ella, porque eras sabio y sabías lo que hacías.
Saqué las fuerzas de dónde pude, y con dos cascadas cayendo de mis ojos hice dos escritos para tí: Una contestación a tu carta hablando por todos los nietos, biznietos e hijos; y un poema hablando también desde mi corazón pero esta vez hablando solo desde mi experiencia y por mí. 
Siempre, tu nieta número 10."

Aquí os dejo la carta que escribí y pronuncié en el funeral de mi abuelo; al igual que el poema, es todo sentido. Este sin florituras, ni rodeos; y por ello me gusta más. 

QUERÍAS VIVIR

Yayo, nos dejas el legado más grande que se pudiera tener, el recuerdo de un grandísimo padre, un grandísimo abuelo, un grandísimo bisabuelo, un grandísimo amigo y una grandísima persona. Ha llegado tu momento de dejarnos volar solos por el mundo. Pero antes de irte, te aseguraste bien de darnos las herramientas perfectas para no caernos en el camino de la vida y por si acaso, también nos diste otras para levantarnos de un salto con la cabeza alta, siguiendo nuestra estrella lejana.  Yayo, el mundo se pierde una persona maravillosa, fuerte, leal, honorable, bondadoso, honrado, digno, sabio… todos los ingredientes necesarios para ser lo más. Tú luchaste por todos nosotros como nadie, sufriendo en silencio de todo, sacrificando lo que fuera por nosotros, luchando… hasta el final.

Viviste rodeado de todos los que te querían, y desde luego que tú nos has dado un amor incondicional, y que en la medida que hemos podido, te lo hemos intentado devolver. Tuvimos la suerte de podértelo devolver. Eras nuestro consejero más fiel, siempre con la verdad por delante, y servicial como nadie. Lo entendías todo y dejabas que todo siguiera el curso natural. Sabías que si te tropezabas en la vida, te levantarías más fuerte. Eras y eres nuestro ejemplo a seguir, con eso se resume todo. Tú valorabas la familia como un valioso tesoro; nos decías “mi vidica” o “mi vida”  y para nosotros también eras nuestra vida.

Todos hemos podido disfrutar de tu compañía en muchas ocasiones, ninguna de ella quedará fuera de nuestra memoria. Ahora nuestros corazones se quedan incompletos y más vacíos que nunca. Te queremos y te querremos siempre. Ahora y siempre vivirás en nuestra mente, con los mejores recuerdos, tus sonrisas, abrazos, consejos y todo lo que nos has dejado.

GRACIAS POR FORMAR PARTE DE NUESTRAS VIDAS, GRACIAS DE TODO CORAZÓN POR ESTAR SIEMPRE AHÍ, GRACIAS POR TODO, TE ECHAREMOS DE MENOS… PADRE, YAYO, BISABUELO Y OTROS RAROS Y VIEJOS CONCEPTOS. 

POR TÍ, YAYO PARTE I

"Yayo, tú siempre ibas escribiendo cosas por casa, notas o cartas de vez en cuando. Una me llamó muchísimo la atención: "Quiero vivir" siempre he intentado seguir tus pasos en la vida y tú me has llevado de la mano hasta ahora. Siempre te preguntaba que qué te parecía este poema, o esta canción o este relato, o esta carta. Tú siempre me sacabas algún que otro apunte, pero te parecían bien. Me encantaba que fueras tan sincero, pero que hicieras las cosas con tacto para no herirme si alguna estaba mal. Nos enseñabas a vivir con tu experiencia y sin ella, porque eras sabio y sabías lo que hacías.
Saqué las fuerzas de dónde pude, y con dos cascadas cayendo de mis ojos hice dos escritos para tí: Una contestación a tu carta hablando por todos los nietos, biznietos e hijos; y un poema hablando también desde mi corazón pero esta vez hablando solo desde mi experiencia y por mí. 
Siempre, tu nieta número 10."

Aquí os dejo el poema, no sigue ningún standart, ni rima a veces, ni tiene estructura ni ritmo. Pero salió del corazón tal y como está escrito, espero que os guste tanto como me gusta a mí, por ser tan sincero y vivido. 

Negra está ahora mi alma,
tan negra como la noche,
tan negra como la vida, 
que has recogido.

Llora mi pérdida valiosa,
lloro mi pérdida tan hermosa, 
lloro por tí, abuelo
al que querré siempre, y al que quiero.

Nada te queda en el mundo, 
un mundo que vacío queda,
sin tu luz brillante que me guíe,
que en la noche se perdió.

Lloraré siempre tu pérdida,
la de la yaya y la tía también;
que aunque antes tuvieron su partida,
no quita nuestro querer. 

Aún recuerdo tu esfuerzo, 
abundante, con achaques de abuelo;
llevando y trayéndonos del colegio.

Aún recuerdo el belén en la plaza, 
comer churros con chocolate
y de vez en cuando Patatas 
(de Jamón, sí, yayo).

Aún recuerdo tus miradas,
de adoración a tus nietas,
cuando con gente te encontrabas,
y decías la número 10 y la 11.

Aún recuerdo lo que anduvimos
por nuestra tierra querida,
contemplando, y no mirando;
la vida no te pasó desapercibida.

Aún recuerdo ir todos a la viña,
jugar en la fuente de los peces,
la yaya llamándonos con la campanilla
y oírse desde la zona verde.

Aún recuerdo esas comidas,
en familia reunidos
juntándonos también los primos,
en días como Navidad.

Aún recuerdo muchas cosas,
y que sigan en mi memoria
porque no hay mejor herencia,
que poder recordar tu presencia.


Pido por tí, yayo, porque seas tan feliz en tu otra vida como nos has hecho siempre a todos. Doy gracias por haberos conocido a tí, a la yaya y a la tía. 

GRACIAS DE TODO CORAZÓN. OS QUERRÉ POR SIEMPRE. 


Julia Melero Valero