Relatos, reflexiones y locuras de ese tipo.
Escribir, ¿qué es eso? Pues bien, soy una chica normal y corriente con muchas inquietudes, quejas, reflexiones... Y no me voy a guardar ¡NADA! al menos en los relatos... ¿Ficción? ¿Realidad? ¡Quién sabe! ¿Qué interpretarás?
lunes, 9 de octubre de 2023
LA JAULA
miércoles, 20 de enero de 2021
DOLOR Y SUFRIMIENTO
La verdad es que estoy mal, es muy duro estar rodeada de sufrimiento por todas partes. Se podría decir que es más contagioso que el propio bichito pandémico. Estoy agotada emocionalmente. El estar ahí para los demás, intentando dar una esperanza que puede que no llegue es agotador. Temo quemarme de verdad, temo colapsarme y mandar todo a la mierda y mal.
La felicidad sé que es conocida por todos como la gran utopía, la gran estrella lejana que nos revela que hemos hecho bien las cosas, que hemos cumplido nuestros objetivos... Pero no es más que bioquímica cerebral que nos engaña. Esos momentos fugaces que te dan oxígeno, que son un suspiro. Pero luego la realidad te lo quita y esa bocanada de aire se torna un maquiavélico y sádico intento de "salir del pozo", que te devuelve a un punto más profundo.
Lo que de verdad importa en la vida no es la felicidad sino la esperanza, la esperanza de "llevar una vida mejor" mueve montañas. Cuando esta desaparece ¿qué queda? ¿resignación? Puede, pero no para mí, para mí solo queda dolor y sufrimiento.
Nunca he tenido bien la cabeza, no recuerdo un momento en mi vida en el que pueda decir que no sufría de algo. Si echo la mirada atrás solo veo dolor y sufrimiento. Luego temo estar deprimida, pero ¿Cómo no estarlo? ¿Cómo no estarlo si realmente vivo entre sufrimiento? Intento dar pequeños golpes de timón en vano, porque me aferro al dolor como a un "clavo ardiendo". Temo hablar conmigo misma porque temo encontrar aspectos de mi vida con los que estoy cómoda y “relativamente contenta” que deba cambiar.
Si me pregunto qué quiero
para mi futuro es no sufrir, llevar una vida tranquila, en definitiva: poder
respirar, porque ahora me ahogo.
jueves, 31 de diciembre de 2020
UN AÑO...
Hoy se acaba un año que será catalogado como uno de los peores. Un año en el que la desgracia arrebató las riendas a la libertad. Un año lleno de oportunidades que se quedaron en el aire, nebulizadas, como el virus. Un año en el que discernir entre pesadilla y realidad fue un imposible.
Personalmente no he perdido a nadie de los que considero "míos"; pero muchas de esas habitaciones de ese lejano hospital han quedado vacías. Esa oquedad inherente a una "selección natural" forzada no nos deja impertérritos. Ojalá lo hiciera, pues así, nuestro corazón permanecería invicto.
Sin embargo, entre toda esa inmunda oscuridad, entre todas esas batallas, siempre se vislumbran pequeños rayos de luz, pequeñas flores silvestres en los resquicios de un bosque quemado.
Recordemos que este año también se ha tintado de fugaces momentos que nos alimentan el alma. Una palabra dulce de un amigo, una mirada cómplice que calienta el corazón, las llamadas de apoyo, las lágrimas que acompañan a esa risa de la que tanto te avergüenzas, ese momento en el que se paró el tiempo... Seamos agradecidos de no ser los que han caído en batalla y disfrutemos, aunque sea de las migajas, de la vida porque, como dijo Marco Aurelio: "Tú tienes el poder sobre tu mente, no sobre los acontecimientos"
Y dicho esto... ¡Feliz año nuevo! Os deseo que seáis felices.
Julie Sharks

